sábado, 23 de agosto de 2014

Un juego inocente

Ayer llovió a cántaros y hacía frío en la Costa Brava. El trending topic del día debió ser #parecementiraqueestemosenagosto. Hoy tampoco vamos a tener un día muy veraniego. Este tiempo loco es más propio de primavera o de otoño. Sin embargo, los niños son ajenos al clima. Su trabajo, que es aprender y descubrir, no les da vacaciones. Es un proceso constante que no se para aunque llueva, nieve o haga sol.

En estas, recibo un whatsapp de una buena amiga y mejor mamá de dos niños: Ignacio (2 años) e Inés (5 meses). Inés, que así se llama la mamá, me preguntaba por un mail mío que había recibido, está fue la conversación:


 


Realmente, los adultos podemos llegar a matar la creatividad de los niños. A Ignacio se le ha ocurrido un juego por que ha sido capaz de generalizar un conocimiento que ya había adquirido en anteriores situaciones y que en su momento le resultó significativo o que ha deducido tras un rato de experimentación. Sin pensar que lo que tenía delante era una raqueta y un boli, repite el patrón que en su día le divirtió o que le parece un gran descubrimiento. 

Como en esta etapa todo aprendizaje es global, además Ignacio está trabajando la pinza, la motricidad fina, la coordinación ojo-mano, el control muscular y la segmentación corporal junto con las habilidades cognitivas de emparejamiento, relaciones espaciales, lateralidad... ¡Y parecía un juego inocente!

Y es que una cosa es "tumbarse a la bartola" y la otra es tumbarse a trabajar, como hace Inés:


Esta capacidad de los niños de dar distintas respuestas a una misma situación es lo que llamamos pensamiento divergente. Un niño capaz de encontrar más de un uso o más de una respuesta a un planteamiento dado va a ser un niño con una metacognición y una capacidad de regular el propio aprendizaje mayor que aquel que sólo sabe dar una única respuesta basada en el contenido previamente aprendido y a través de los procedimientos ya practicados.

Como adultos debemos ofrecer modelos que guíen los pasos de los niños para resolver aquellas situaciones que sean complicadas pero en esta ayuda o guía debe tener cabida la creatividad y la autonomía en el aprendizaje.

¡¡Enhorabuena Inés: tus hijos Ignacio e Inés están dando Pasitos de Gigante!!

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