sábado, 1 de marzo de 2014

Genio y figura

Hace casi un mes, en la contra de La Vanguardia, Yaakov Hecht rompía paradigmas...

Resulta que es asesor de educación del Gobierno de Israel. Hasta aquí todo bien. Lo chocante del tema es que dejó la escuela y le cuesta leer y escribir. Y aun así, es de los mejores.

Su planteamiento respecto al éxito educativo va más allá del informe PISA, mucho más. La creencia de la educación de las inteligencias múltiples de los niños y de los aprendizajes significativos le hace concebir la educación como un elemento que queda fuera del alcance de un aula.



Sus propuestas educativas se salen de los estándares: hay que conseguir que cada uno seamos genios en algo, en lo que mejor se nos dé, concretamente. "Cada niño ha de llegar a desarrollar su talento único que integrará en la red del conocimiento". Es lo que él define como "Educación democrática".
 
Sorprende el ejemplo del niño al que hace cambiar los libros por la tabla de windsurf; era su pasión. Resulta que el hecho de tener que saber sobre geografía, cartografía, matemáticas, física e inglés terminó por ser un aprendizaje mucho más profundo que los suspensos que traía del colegio. Es el primer oro olímpico israelí.

Se trata de que los niños, con nuestra ayuda si es necesario, descubran aquello que les apasiona y para lo que tienen talento y se preparen para tener éxito en la sociedad en la que van a vivir, lejos de interminables clases, de las competencias básicas y de su nivel de lenguaje o matemáticas.

  Por Sir Ken Robbinson.


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