lunes, 28 de octubre de 2013

Futuro en juego

Para Francesco de Bartolomeis existe una fundamentación teórica sobre la equivalencia niño - artista. Según el autor de El color de los pensamientos y de los sentimientos, las operaciones y los procesos psicológicos del niño para expresar plásticamente sus emociones son "los mismos" que los de un profesional del arte.


La creatividad es un don innato que se desarrolla (o se pierde) en función de los estímulos y las posibilidades que le demos. Todos nacemos con ella, pero solo algunos la mantienen y la desarrollan tras el paso de los años. Ser creativo no es sólo ser original. Ser creativo es dar una respuesta diferente y valiosa a una situación concreta. Para ello hemos de dar cabida, tanto desde el sistema educativo como desde el hogar, al error, a la innovación, a la autonomía de los niños. Se trata de darles un margen de actuación libre y no marcarles todos los caminos.


Ya vimos en Educar para la vida un resumen de los planteamientos de Sir Ken Robinson. Su trabajo, reconocido internacionalmente se centra en la investigación sobre el desarrollo de la creatividad, la innovación y los recursos humanos en la investigación. Su opinión al respecto es dura: las escuelas matan la creatividad. 


Ya no se trata sólo de su felicidad, que debería ser el objetivo principal, ahora está en juego su futuro; el futuro al que se van a enfrentar y que cada vez más exige gente competente, eficiente y creativa. Se trata de educar para potenciar al máximo las habilidades de cada uno, con todos los instrumentos innatos que poseemos. El éxito en el futuro depende del potencial que se desarrolla en el presente.

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