domingo, 13 de enero de 2013

Educar para la vida

Año 2013, siglo XXI. El progreso, las tecnologías, la vida cotidiana, las necesidades... todo ha cambiado, cambia y seguirá cambiando. El mundo es un sistema de sistemas, todos engranados de manera que se influyen unos a otros: la globalización es un hecho. Son datos objetivos que no podemos obviar. En cuestión de educación no podemos mirar hacia otro lado. 

En este sentido podríamos criticar el sistema educativo, su organización, el enfoque a resultados y no a procesos, la fragmentación del conocimiento en disciplinas, la organización de los alumnos en el aula, los cambios legislativos constantes... pero la intención de este post no es esta. Al contrario, pretendemos destacar un punto muy positivo que ha abordado el Ministerio de Educación y Ciencia: las Competencias Básicas como elemento esencial en el sistema educativo español. La LOE, en su REAL DECRETO 1630/2006, por el que se regulan las enseñanzas mínimas plantea la adquisición de dichas competencias (anexo I).  

Una de las que persigue la educación de hoy es la competencia de APRENDER A APRENDER. En este sentido, la intención de la administración es irreprochable. Hemos de enseñar a los más pequeños a aprender. Es una tarea difícil y prolongada en el tiempo pero que a largo plazo genera muy buenos resultados a la hora de abordar cualquier actividad personal o profesional: eficiencia, autonomía, satisfacción, seguridad, autoestima, eficacia... 


Esta idea está muy relacionada con la metacognición, que es la capacidad de las personas de saber como piensan, como elaboran sus esquemas cognitivos, de qué manera comprenden y asimilan mejor la información y qué técnicas y recursos resultan más útiles para aprender.

Desde casa, en cualquier actividad o momento del día podemos favorecer esta competencia de aprender a aprender y desarrollar la metacognición: no les resolvamos todos los problemas al momento, no terminemos su frases, no limitemos su imaginación y su creatividad, provoquemos la autorreflexión, cuestionemos... 

Sólo hay que enseñarles a aprender, ¡casi nada!

2 comentarios:

  1. Tendremos, los padres, que apuntarnos a clases de cómo enseñar a aprender... Además de hacer acopio de infinitas raciones de paciencia. ;-)

    María Reina

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  2. Empezar por la paciencia es un buen comienzo, ayudarles a detectar habilidades y limitaciones puede ser un camino paralelo.

    Gracias por seguirme, María Reina.

    AMR

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