viernes, 8 de noviembre de 2013

Caín y Abel

Siguiendo con el tema del último post...



Uno de los principales motivos por el que surgen los celos en el primogénito es la necesidad de  monopolizar a la madre ante el riesgo de "perderla". A nivel psiquiátrico se conoce como el Complejo de Caín y suele reflejarse más intensamente en el hijo mayor cuando tiene un hermano que en los siguientes descendientes. El hermano mayor que sufre celos lo pasa mal y lo refleja en otros ámbitos como el sueño, la alimentación, el control de esfínteres, agresividad... Su herramienta de defensa es el mal comportamiento, consiguiendo así que sus papás estén pendientes de él.

El primer hijo paga la novatada de los padres y además vive la pérdida de protagonismo y la falta de atención (lógica, él ya es mayor y el bebé necesita muchos cuidados). Es importante que el efecto de la llegada de un hermano no trastoque, en la medida de lo posible, la vida de la familia: no cambiar de habitación al mayor, solicitar su ayuda en los cuidados "del nuevo", dedicarle un tiempo en exclusiva, evitar exceso de alabanzas al bebé y no hacer comparaciones de los hermanos.


Los celos son educativos si se enfocan bien. En la vida los niños se van a encontrar con muchas novedades, inseguridades, competidores, frustraciones... El hogar es el mejor lugar de entrenamiento para el futuro. Además ayudan al desarrollo de virtudes como la paciencia, la generosidad, el servicio a los demás... 

Tenemos que minimizar los efectos negativos y potenciar los positivos; pero, sobre todo, saber perdonar y corregir comprendiendo que no hay maldad, sólo necesidad de afecto.


4 comentarios:


  1. Muy buenos consejos. En nuestra casa los celos los ha tenido el hermano pequeño respecto del mayor. Se llevan 3'5 años, por lo que cuando nació el pequeño, el mayor, que siempre ha sido muy racional y razonable, lo entendió y se alegro mucho de tener un hermano. Jamás hubo una actitud o una palabra que denotasen celos en él. También es verdad que lo organizamos todo para que el nuevo "fichaje" no trastocase su vida y rutinas más allá de lo estrictamente necesario.
    Cuando el pequeño empezó a tener cierta autonomía, fue él y no su hermano mayor, quien empezó a manifestar celos cuando besábamos al mayor, lo abrazábamos o estábamos mâs por su hermano que por él. Ahora que tienen 6'5 y 3 años, los celos del pequeño son más que evidentes y forman parte de nuestras batallas diarias...Pero lo llevamos bastante bien.
    Hasta el próximo post.
    Anamary R.

    ResponderEliminar
  2. Puede pasar! los celos no son más que una llamada de atención a los padres ante la pérdida de protagonismo. Sea como sea hay que evitar ganadores y perdedores en esa batalla, lo mejor siempre es el empate!
    Me consta que lo lleváis bastante bien ;)
    Gracias Anamary!

    ResponderEliminar
  3. Alberto HV10/11/13 22:40

    Mucha razón en lo que dices.
    El pequeño de mis sobris, desde que se enteró de que tendría una hermanita, empezó a ser un poco más mimoso, buscando abrazos y que le hiciésemos caso. No en vano llevaba cuatro años siendo "el peque".
    Ahora que ya está su hermana, para llamar la atención gamberrea bastante y se porta un poco mal, porque no quiere dejar de ser el centro de atención.
    Eso sí, la quiere un montón y siempre que puede la da besitos!!

    ResponderEliminar
  4. Es que lo cortés no quita lo valiente. Hay que tener paciencia y relativizar esas conductas que son sólo un reclamo. Ah! y devolverle los besos y los abrazos que él reparte!
    Gracias por tu coment Alberto!!

    ResponderEliminar