domingo, 10 de febrero de 2013

Aterrador

La depresión anaclítica es el tecnicismo que los psicoanalistas utilizan para denominar a la patología depresiva que sufren aquellos niños que, durante su primer año y medio de vida, sufren una separación de manera repentina y brusca de su madre o vínculo de apego, que no ha sido substituida por nadie y que se ha prolongado por un periodo largo de tiempo. 

René Spitz estudió las consecuencias de dichos traumas basándose en distintas situaciones: niños privados totalmente de su madre y atendidos de forma anónima en un hospital (patología denominada Hospitalismo) y niños privados parcialmente del afecto de su madre (por una separación brusca); llegando a conclusiones que ponen los pelos de punta.



Los síntomas más característicos y primarios son la ausencia de sonrisa y la limitada necesidad de movimiento. Con el paso de los meses en que se alarga la separación se produce un retroceso significativo de las capacidades normales para la edad que puede llevar a la muerte.

La importancia del afecto, establecer de vínculos afectivos y definir de manera clara una figura de apego favorecen enormemente el desarrollo del niño. Cuando esto falla de manera permanente, se produce un retraso evolutivo a todos los niveles: social, motriz, cognitivo y emocional.

Sólo podemos pensar en ¡qué afortunados hemos sido!

2 comentarios:

  1. Qué horror!
    ...Esta noche los niños dormirán en nuestra cama... Todos bien "apretaus"!

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  2. No está mal, aunque siempre mejor el término medio...

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