miércoles, 5 de diciembre de 2012

La ilusión: enfermedad contagiosa

Se acerca la Navidad. Es una celebración familiar que a mí me encanta y que se disfruta muchísimo en aquellos hogares donde los niños son los protagonistas.

Disfrutar de la Navidad es compartir la ilusión, valorar lo que tenemos, añorar a quién nos falta en la compañía de los que nos quieren, agradecer lo que nos regalan, regalar lo que a otro le gusta, sentarnos juntos a la mesa, ir al festival de villancicos, decorar la casa... Este debería ser el adorno de lo que la fiesta en sí significa.

La participación de la familia al completo en esta época (como en cualquier otra circunstancia) favorece mucho los vínculos entre sus miembros. La sensación de unidad que proporciona a los niños mucha seguridad a nivel individual y les hace entender el papel que ocupa cada uno dentro del grupo. 

El problema es que, cunado llegan estas fechas, los adultos pensamos: "Otra vez lo mismo de cada año..." y con este espíritu es difícil contagiar entusiasmo y compartir la ilusión de los niños, que ven su última Navidad como un recuerdo muy lejano. 

Los mayores podemos aprender los villancicos que los niños cantan en el colegio, crear un ambiente navideño estimulante para ellos, colaborar en la decoración de la casa (árbol, pesebre, luces, habitaciones...), pasear por la ciudad disfrutando del ambiente, visitar ferias y lugares decorados para la ocasión, preparar los regalos y las comidas con ilusión... 

Hay mil ideas para que la celebración de la Navidad pueda ser algo divertido y novedoso. Os propongo algunas: 

Poned un Arbolito de Navidad fuera de lo común, como propone Lola's Corner.


Un pesebre original y para construir con ellos:



Decorad entre todos las habitaciones con manualidades caseras:

 



Preparad entre todos postres o galletas navideñas, en internet hay muchas recetas fáciles para cocinar con niños.






Y cantad villancicos, ¡¡la música les encanta!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario